En la cocina con algas es básico usar poca cantidad, ya que son un alimento muy concentrado, tanto en nutrientes como en sabor, y cunden mucho. Además, con apenas unos gramos (4 o 5 gramos) se obtiene un gran aporte de minerales y vitaminas.
- En ensaladas: se pueden remojar dulse, arame, wakame o ensalada de mar y aliñarlas con vinagretas de sabor profundo (con mostaza o especias). Y utilizarlas como guarnición.
- Las algas más duras y de sabor más intenso como la kombu son ideales para estofados, curries, platos especiados e invernales, a los que aportarán su fondo de sabor. Este tipo de algas hacen que las legumbres queden más tiernas y que se asimilen mejor, por lo que siempre es interesante añadir alguna hoja al agua de cocción.
- Se pueden freír para hacer un atractivo aperitivo (crujientes de kombu o nori con pimienta u otras especias). Por su textura y sabor, quedan de maravilla en hamburguesas vegetarianas.
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